Mostrando las entradas para la consulta el cuadro de la condesa de chinchón ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta el cuadro de la condesa de chinchón ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

martes, 25 de noviembre de 2008

EL PERIPLO DEL CUADRO DE LA "CONDESA DE CHINCHÓN" DURANTE LA GUERRA CIVIL.


La sublevación militar del 18 de julio de 1936 contra el Gobierno de la República, inicia la Guerra Civil española. Durante este tiempo, Madrid vivió en permanente cerco parcial, sometido a una guerra de desgaste, con falta de suministros y continuos bombardeos. El 5 de noviembre de 1936, la dirección del Museo del Prado recibe una orden ministerial de la Dirección General de Bellas Artes para que proceda al traslado de sus obras maestras a Valencia, lugar en el que se había instalado el Gobierno. Entre el 5 de noviembre de 1936 y el 5 de febrero de 1938, se realizan veintidós expediciones a Valencia con obras del Museo del Prado, en las que se trasladaron 391 pinturas, 181 dibujos y el Tesoro del delfín.
A estos cuadros del Museo se unieron otros de procedencia particular, entre ellos el Retrato de la Condesa de Chinchón de Goya, según me ha contado Paloma Olmedo, historiadora y gran conocedora de la vida de Maria Teresa de Borbón y Vallábriga. El Cuadro de la Condesa presidía entonces el salón de la casa de Don Carlos Rúspoli y Álvarez de Toledo, 17º. conde de CHINCHÓN, 3º. duque de la ALCUDIA, 3º. duque de SUECA, 3 veces Grande de España y 4º. conde de Evoramonte, su propietario; en la madrileña calle de Barquillo nº 18.
También tuvo el mismo destino el cuadro de la Asunción de Goya que estaba en la Iglesia Parroquial de Chinchón. Por lo tanto durante este periodo de tiempo, los dos cuadros de Goya que están relacionados con Chinchón, tuvieron la misma residencia durante su exilio. (Este hecho se volvería a repetir en el periodo 2001-2004, cuando ambos cuadros se volvieron a unir en el Museo del Prado, a donde se traladó el cuadro de la Asunción, por las reformas que se estaban haciendo en la Iglesia de Chinchón y el cuadro de la Condesa ya formaba parte de los fondos del Museo).
En marzo de 1938, ante el inminente corte de comunicaciones entre Valencia y Cataluña, el Gobierno de la República ordena el traslado del Tesoro Artístico depositado en Valencia a Figueras. En febrero de 1939 se produce la caída de Cataluña. Para evitar el riesgo de abandonar los depósitos a merced de previsibles expolios y destrucciones, el recién creado Comité Internacional para el Salvamento de los Tesoros de Arte Españoles logra, el 3 de febrero, la firma del Acuerdo de Figueras por el que el Gobierno de la República se compromete a poner en manos de la Sociedad de Naciones nuestro Tesoro para que al final de la contienda éste sea devuelto a España. Entre el 4 y el 9 de febrero se inicia la evacuación de las obras de arte en 71 camiones, en unas condiciones de extremo peligro para la integridad de las obras. Una vez en Francia, la carga se traspasa a vagones de tren que parten de Perpiñán hacia Suiza el 12 de febrero, en una expedición financiada por el Comité Internacional. En la sede de la Sociedad de Naciones, el Comité Internacional y la Junta Central realizan, durante el mes de marzo de 1939, el inventario de los bienes culturales trasladados a Ginebra. El 30 del mismo mes, un día antes de finalizar la guerra de España, la Sociedad de Naciones hace entrega oficial del Tesoro Artístico al Gobierno de Burgos.
Con una selección de las obras evacuadas, el Museo de Arte e Historia de la Ciudad de Ginebra organiza la exposición «Obras maestras del Museo del Prado», abierta al público durante los meses de julio y agosto. Considerada unánimemente el acontecimiento cultural más importante del año en Europa, la exposición permitió a las numerosas personas que acudieron a visitarla contemplar las obras maestras que habían sido coleccionadas por los monarcas españoles: Velázquez, Goya, El Greco, Tiziano, El Bosco, Durero...
(A esta exposición corresponde la fotografía en la que se puede ver el cuadro de la Condesa junto a otros de Goya pertenecientes al Museo del Prado)
Cuando el Gobierno de Burgos toma posesión del Tesoro Artístico, inicia los preparativos para su retorno. Mientras las obras seleccionadas para la exposición se trasladan al Museo de Ginebra, el resto se conduce al Palacio de Exposiciones, de donde parten las primeras expediciones de vuelta: el 10 de mayo y 14 de junio de 1939. Las obras que componían la exposición salen de Ginebra el 5 de septiembre, dos días después de iniciarse la segunda guerra mundial. Finalmente, el 9 de septiembre el Tesoro Artístico llega a la Estación del Norte en Madrid y desde allí, se traslada al Museo del Prado. Las obras maestras que dejaron el Museo a partir noviembre de 1936, regresan sin apenas pérdidas en su largo y discutido viaje.
El Patronato del Museo del Prado reanudó sus funciones, y para mostrar normalidad, se inauguró una escogida exposición, el 7 de julio de 1939, con el título “De Barnaba de Módena a Francisco de Goya”, que desplegaba obras del Prado y ajenas, de diversa procedencia. En esta exposición figuró el cuadro de la Asunción de Goya, antes de ser reintegrado al centro del retablo de la Iglesia de Chinchón.
El viaje del cuadro desde el Museo del Prado a Chinchón se realizó en el camión de Pablo Codes, acompañado por Antonio Castillo, quienes recibieron del señor cura párroco de Chinchón, las acreditaciones correspondientes para hacerse cargo de tan preciado y valioso legado. El viaje se realizó sin más medidas de seguridad, si bien Antonio Castillo hizo el viaje subido en la caja del camión, "vigilando" el cuadro, que venía convenientemente embalado.
Posiblemente, con este traslado a Ginebra, se salvaron de la destrucción muchos de estos cuadros, pero es seguro que el cuadro de la Condesa de Chinchón se salvó de la destrucción, ya que durante la guerra cayó un obús en la casa donde había estado el cuadro, causando la muerte a su propietario, el Conde de Chinchón y Duque de Sueca. (Hay también otra versión, según la cual, este señor murió fusilado en Madrid el 10 de noviembre de 1936)

(Para ilustración, varios de los cuadros que formarán parte de la exposición "La Condesa de Chinchón: Fusión de Historia y Arte" que se va a celebrar en Chinchón, del 29 de Noviembre al 20 de Diciembre de 2008).

miércoles, 27 de mayo de 2020

17º, 18º, 19º, 20º y 21º CONDES DE CHINCHÓN: LOS ÚLTIMOS CONDES.

Estos son los últimos cinco condes de CHINCHON. Con los cambios de los tiempos, su influencia en la vida de CHINCHON es mínima, no obstante he considerado que debía hacer una reseña de todos ellos para completar la información sobre el Condado de Chinchón. 



XVII.- Adolfo Rúspoli y Godoy (1822-1914), XVII Conde de Chinchón, II duque de la Alcudia, grande de España y III nació en Burdeos, el 28 de diciembre de 1822, vivió principalmente en Madrid y falleció viudo en Paris, en 1914. Casó el 11 de mayo de 1857 con Rosalía Álvarez de Toledo y Silva, hija de los duques de Medina Sidonia, prematuramente fallecida el 11 de junio de 1865, y tuvo descendencia en que siguió la Casa de Sueca y el Condado de Chinchón, en su hijo Carlos Luis Rúspoli Álvarez de Toledo.


XVIII.- Carlos Rúspoli y Álvarez de Toledo.(1914-1936) Nació el día 1 de marzo de 1858 y murió asesinado en Madrid 10 de noviembre 1936, a la edad de 78 años. 
Fue 3º duque de Sueca, 3º duque de Alcudia y 17º Conde de Chinchón. Fue también senador del Reino.
Se casó en primer lugar, el 5 de diciembre de 1896, con Doña María del Carmen Caro y Caro, Álvarez de Toledo y Gomurcio con la que tuvo tres hijos.
Se casó en segundo lugar el 2 de julio de 1911 con Doña Josefa Pardo y Manuel.
Consiguió que el cuadro de la Condesa de Chinchón que pintó Goya, que se encontraba en su domicilio cuando empezó la guerra civil, fuese enviado a Ginebra con los cuadros del Museo del Prado, a los que también se unió el cuadro de la Asunción de Goya, de la Iglesia de Chinchón.



XIX Camilo Carlos Adolfo Rúspoli y Caro (1940-1975) nació en Madrid el día 5 de junio de 1904, y falleció en Madrid el día 20 de Noviembre de 1975. Se casó con María de Belén Morenés y Arteaga, XVIII condesa de Bañares. 
Durante este tiempo, las familias Rúspoli y Álvarez de Toledo, ambas con derechos al Condado de Chinchón, llegaron a unos acuerdos, según los cuales, los primeros serían titulares del Condado y propietarios del cuadro de la Condes de Chinchón que pintó Goya, y los segundos mantendrían la posesión del castillo y demás propiedades de Chinchón.

XX.-  Carlos Oswaldo Rúspoli y Morenés (1978-2016). Nació en San Sebastián el 5 de agosto de 1932, XX Conde de Chinchón, IV duque de Sueca y de la Alcudia, y V  Marques de Boadilla. 
En 1980 contrajo matrimonio canónico en el Palacio de, infante don Luis, propiedad de su familia, con Maria del Rosario Herbosch y Huidobro, hija del belga Olivier Herbosch Lodie y de la española María del Rosario Huidobro y Cavanilles. No tuvieron hijos, y ella falleció en febrero de 2016, ocho meses antes que su marido que murió en Madrid, el 25 de octubre de 2016.
El duque tenía dos hermanos: Luis y Enrique. 
Como ya hemos comentado, el retrato de la Condesa de Chinchón pertenecía a la familia y, milagrosamente, a pesar de los avatares históricos el cuadro permaneció siempre en posesión de los descendientes de la Condesa.
Gracias a la Ley de Patrimonio Artístico de 1985 que declara al cuadro bien de interés cultural y por tanto inexportable se evita su venta por 6000 millones a una entidad extranjera.
En los años ochenta se inician las negociaciones para su compra, la Academia de San Fernando ofrece 3000 millones en 1999, pero será en enero de 2000 cuando la familia acepte la oferta de 4000 millones de pesetas del empresario y coleccionista Juan Abelló.
Rápidamente el Estado ejerce su derecho de tanteo por el mismo precio de la oferta y el cuadro es asignado al Museo del Prado quien participa en la compra con 1200 millones del legado Villaescusa.
La condesa de Chinchón abandonó su hogar en marzo de 2000 para residir definitivamente en la sala 87 del Museo del Prado, de nuevo bajo la atenta mirada de la reina María Luisa, recibe a sus visitantes invitándoles a disfrutar de la pintura de Goya.
La adquisición del "Retrato de la Condesa de Chinchón" de Goya sufrió un largo proceso. El Estado ejerció en enero del año 2000 el derecho de adquisición preferente que le confiere la legislación española ante la transmisión o venta del cuadro por parte de sus propietarios anteriores, señores D. Carlos, don Luis y don Enrique Rúspoli Morenés.
Para poder suscribir el contrato de compraventa, cuyo importe era de 4.000.000.000 de pesetas,(unos 24.000.000 de Euros)  era preceptiva, según la Ley, la autorización previa del Consejo de Ministros, que tuvo lugar el 14 de diciembre de 2000. La forma de pago contemplaba el pago de 2.500.000.000 de pesetas en el ejercicio corriente y en el del año 2001, los restantes 1.500.000.000 de pesetas.
El 15 de marzo de 1997, la Agrupación de Amigos de Chinchón instaló un busto de la Virreina del Perú, obra del escultor Antonio Ballester, en la Plaza de Palacio. El acto de inauguración fue presidido por el entonces vigente Conde de Chinchón, don Carlos Oswaldo Ruspoli y Morenes, duque de Alcudia y Sueca, y con la asistencia de D. Eduardo Guaylupo, agregado cultural de la Embajada de Perú en España y las autoridades municipales de Chinchón.


XXI.- Luis Carlos Ruspoli y Sanchiz (2018-hoy) Nació en Madrid el 4 de abril de 1963.

Es hijo de don Luis Rúspoli Morenés, hermano del anterior Conde de Chinchón, que al morir sin descendencia pasa el título a su sobrino, que a partir del año 2018 ostenta el título de XXI Conde de Chinchón.


martes, 28 de octubre de 2008

HISTORIA DEL CUADRO DE LA CONDESA DE CHINCHON.


La obra: Óleo sobre lienzo. Fechado en 1800.
Formato 226 x 144 cm.
Autor: Francisco de Goya y Lucientes.

Ejemplo sublime del retrato cortesano y obra maestra de Francisco de Goya, nos presenta a Doña María Teresa de Borbón y Vallabriga, más conocida como la condesa de Chinchón. La dama aparece elegantemente vestida con un traje de talle alto, siguiendo la moda del momento. La modelo sentada en un sillón, cruza sus manos sobre el regazo. Goya sitúa al personaje sobre un fondo neutro, oscuro, del cual destaca el rostro y su luminoso traje de gasa blanca transparente. El encargo de la pintura data de1800 partiendo la idea del mismo Godoy, siendo concluido en el mes de abril, poco más podemos saber sobre el origen del lienzo, ya que los archivos del duque de Sueca, descendientes directos de la condesa, fueron destruidos durante la Guerra Civil.
En esos momentos María Teresa cuenta con diecinueve años de edad y se encuentra embarazada de su única hija, Carlota, tal vez por ello cruce sus manos sobre el regazo y lleve el tocado de espigas de trigo, atributo de la diosa Ceres y símbolo de la fecundidad. Hay que señalar que cuando posó para Goya todavía no era condesa de Chinchón, no recibiría el título hasta 1806.
Goya, conocía a la condesa desde su infancia, ya que anteriormente la había pintado en dos ocasiones; en La familia del infante don Luis, 1784, (Fundación Magnani Rocca de Parma) y en un retrato en que aparece de pie con un abanico ante un fondo de la sierra de Gredos, 1784, (National Gallery de Washington). Este contacto le permite reflejar con gran sensibilidad el carácter de la retratada, sabe hacernos cercana la figura, nos trasmite su soledad e impotencia. Tras su enigmática sonrisa se ocultan dos siglos de historia.
El lienzo presenta a Doña María Teresa de Borbón y Vallabriga, marquesa de Boadilla del Monte y XV Condesa de Chinchón. Esta aristocrática dama era hija del Infante don Luis Antonio de Borbón (1727-1785, hijo y hermano de reyes, Felipe V y Carlos III) y de doña María Teresa de Vallabriga y Rozas, perteneciente a la baja nobleza aragonesa. Debido a este matrimonio morganático y a su vida un tanto libertina, el infante don Luis es desterrado de Madrid y privado del derecho al trono. Es, en el palacio familiar de Velada, Toledo, donde el 26 de noviembre de 1780 nace la retratada. Ni ella ni sus hermanos podrían llevar el apellido Borbón ni ostentar el título de infantes de España.
Al morir su padre en 1785, María Teresa y su hermana pequeña son separadas de su madre e ingresan en el Convento de San Clemente de Toledo, del cual saldrá doce años más tarde para casarse con Manuel Godoy (1767-1851), el hombre más poderoso del momento.
Se trataba de un matrimonio concertado por la propia reina María Luisa y que supuso un giro total para María Teresa, pasando de la austeridad del convento al lujo de la corte. Nuestra protagonista exigió para dar su conformidad al enlace que se restituyera a ella y a sus hermanos el apellido Borbón y los privilegios que les correspondían por nacimiento.
El matrimonio nunca funcionó, Godoy había conocido un año antes de su boda a la que sería su amante, la joven malagueña Pepita Tudó.El motín de Aranjuez de 1808, supone la caída en desgracia de Godoy, príncipe de la Paz, perdiendo todo poder político.
Desposeído de honor y bienes se ve obligado a abandonar España y María Teresa se niega a seguirle. Abandonada, se retira a su palacio de Boadilla del Monte a 15 kms de Madrid, donde permanece hasta 1823, fecha en la que parte a Francia donde morirá en 1828. Godoy a su muerte se casará con su amante Margarita Tudó, muriendo arruinado en 1851 en París.
Milagrosamente y a pesar de los avatares históricos el cuadro permaneció siempre en la familia Rúspoli. Gracias a la Ley de Patrimonio Artístico de 1985 que declara al cuadro bien de interés cultural y por tanto inexportable se evita su venta por 6000 millones a una entidad extranjera.
En los años ochenta se inician las negociaciones para su compra, la Academia de San Fernando ofrece 3000 millones en 1999, pero será en enero de 2000 cuando la familia acepte la oferta de 4000 millones de pesetas del empresario y coleccionista Juan Abelló.
Rápidamente el Estado ejerce su derecho de tanteo por el mismo precio de la oferta y el cuadro es asignado al Museo del Prado quien participa en la compra con 1200 millones del legado Villaescusa.
La condesa de Chinchón abandonó su hogar en marzo de 2000 para residir definitivamente en la sala 87 del Museo del Prado, de nuevo bajo la atenta mirada de la reina María Luisa, recibe a sus visitantes invitándoles a disfrutar de la pintura de Goya.
La adquisición del "Retrato de la Condesa de Chinchón" de Goya sufrió un largo proceso. El Estado ejerció en enero del año 2000 el derecho de adquisición preferente que le confiere la legislación española ante la transmisión o venta del cuadro por parte de sus propietarios anteriores, señores D. Carlos, don Luis y don Enrique Rúspoli Morenés.
El lienzo fue solicitado por el pleno del Real Patronato del Museo del Prado para que su destino final fuera el Museo, que posee el conjunto más numeroso y excepcional de obras de Goya en el mundo. Además, la obra se inserta en la pintura y en la historia española y europea con el valor de un símbolo en ese momento crucial que abría la historia de Europa hacia el mundo moderno. En 1928 el cuadro ya formó parte de la exposición del Prado dedicada a Goya en el centenario de su muerte. Tras su alejamiento de Madrid durante la guerra civil, en 1940 el Patronato del Museo del Prado iniciaba las primeras gestiones para adquirir el lienzo, que se han consumado ahora a los 200 años de haber sido pintado.En 1999, y de acuerdo con la Ley 13/1985 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español, los copropietarios comunicaban a la Dirección de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Educación y Ciencia el acuerdo de compraventa del cuadro alcanzado con un tercero por un importe de cuatro mil millones de pesetas.
La Junta del Patrimonio reunida en pleno el 20 de diciembre de 1999 acordaba recomendar que la Administración ejerciera el Derecho de Tanteo a favor del Estado, el cual fue ejercitado por Orden Ministerial el 18 de enero de 2000. En cumplimiento de dicha orden, el cuadro fue depositado a título de depósito y custodia en el Museo del Prado el 17 de febrero de 2000. El pleno del Real Patronato del Museo del Prado había acordado en su reunión de 25 de enero de 2000 la adquisición del lienzo por parte del organismo autónomo Museo del Prado.
Para poder suscribir el contrato de compraventa, cuyo importe era de 4.000.000.000 de pesetas, era preceptiva, según la Ley, la autorización previa del Consejo de Ministros, que tuvo lugar el 14 de diciembre de 2000. La forma de pago contemplaba el pago de 2.500.000.000 de pesetas en el ejercicio corriente y en el del año 2001, los restantes 1.500.000.000 de pesetas.
Para que pudiera realizarse este último pago, el Ministerio de Hacienda tramitó en expediente aparte la propuesta de acuerdo del Consejo de Ministros de autorización para adquirir compromiso de gasto con cargo al ejercicio del año 2001 de conformidad con el procedimiento establecido por la Ley.
Los fondos obtenidos han encontrado diversas procedencias, como, por ejemplo, la aprobación de una generación de crédito, el 25 de julio de 2000, de 1.000 millones de pesetas, por aportación del Legado Villaescusa, después de haberse realizado el ingreso correspondiente procedente de Fervisa. El 29 de noviembre del mismo año se aprobaba la transferencia de crédito del Ministerio de Educación y Cultura y Deporte al Museo del Prado por 1.300 millones de pesetas, cuyo ingreso se hizo en enero de 2001 en la cuenta del organismo autónomo. En diciembre de 2000 el Museo del Prado aportó 200 millones de su presupuesto ordinario y en el mismo mes se aprobaban los Presupuestos Generales del Estado por lo que el Museo del Prado dispuso de 1.500 millones de pesetas en la anualidad del año 2001 para realizar el segundo pago.











"Variaciones en torno a La Condesa de Chinchón de Goya". Cuadro realizado por el "Colectivo Cach" (Colectivo de Artistas de Chinchón) para encabezar la exposición "LA CONDESA DE CHINCHON: Fusión de Historia y Arte" que se inaugurara el día 29 de noviembre de 2008, en Chinchón. Formato 225 x 150 cm.

domingo, 9 de julio de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. V.HISTORIA DEL CUADRO DE LA CONDESA DE CHINCHÓN.


La obra: Óleo sobre lienzo. Fechado en 1800.
Formato 226 x 144 cm.
Autor: Francisco de Goya y Lucientes.
5.- Historia del cuadro de la Condesa de Chinchón. (Cultura)


Ejemplo sublime del retrato cortesano y obra maestra de Francisco de Goya, nos presenta a Doña María Teresa de Borbón y Vallabriga, más conocida como la condesa de Chinchón. La dama aparece elegantemente vestida con un traje de talle alto, siguiendo la moda del momento. La modelo sentada en un sillón, cruza sus manos sobre el regazo. Goya sitúa al personaje sobre un fondo neutro, oscuro, del cual destaca el rostro y su luminoso traje de gasa blanca transparente. El encargo de la pintura data de1800 partiendo la idea del mismo Godoy, siendo concluido en el mes de abril, poco más podemos saber sobre el origen del lienzo, ya que los archivos del duque de Sueca, descendientes directos de la condesa, fueron destruidos durante la Guerra Civil.

En esos momentos María Teresa cuenta con diecinueve años de edad y se encuentra embarazada de su única hija, Carlota, tal vez por ello cruce sus manos sobre el regazo y lleve el tocado de espigas de trigo, atributo de la diosa Ceres y símbolo de la fecundidad. Hay que señalar que cuando posó para Goya todavía no era condesa de Chinchón, no recibiría el título hasta 1806.

Goya, conocía a la condesa desde su infancia, ya que anteriormente la había pintado en dos ocasiones; en La familia del infante don Luis, 1784, (Fundación Magnani Rocca de Parma) y en un retrato en que aparece de pie con un abanico ante un fondo de la sierra de Gredos, 1784, (National Gallery de Washington). Este contacto le permite reflejar con gran sensibilidad el carácter de la retratada, sabe hacernos cercana la figura, nos trasmite su soledad e impotencia. Tras su enigmática sonrisa se ocultan dos siglos de historia.

El lienzo presenta a Doña María Teresa de Borbón y Vallabriga, marquesa de Boadilla del Monte y XV Condesa de Chinchón. Esta aristocrática dama era hija del Infante don Luis Antonio de Borbón (1727-1785, hijo y hermano de reyes, Felipe V y Carlos III) y de doña María Teresa de Vallabriga y Rozas, perteneciente a la baja nobleza aragonesa. Debido a este matrimonio morganático y a su vida un tanto libertina, el infante don Luis es desterrado de Madrid y privado del derecho al trono. Es, en el palacio familiar de Velada, Toledo, donde el 26 de noviembre de 1780 nace la retratada. Ni ella ni sus hermanos podrían llevar el apellido Borbón ni ostentar el título de infantes de España.

Al morir su padre en 1785, María Teresa y su hermana pequeña son separadas de su madre e ingresan en el Convento de San Clemente de Toledo, del cual saldrá doce años más tarde para casarse con Manuel Godoy (1767-1851), el hombre más poderoso del momento.

Se trataba de un matrimonio concertado por la propia reina María Luisa y que supuso un giro total para María Teresa, pasando de la austeridad del convento al lujo de la corte. Nuestra protagonista exigió para dar su conformidad al enlace que se restituyera a ella y a sus hermanos el apellido Borbón y los privilegios que les correspondían por nacimiento.

El matrimonio nunca funcionó, Godoy había conocido un año antes de su boda a la que sería su amante, la joven malagueña Pepita Tudó. El motín de Aranjuez de 1808, supone la caída en desgracia de Godoy, príncipe de la Paz, perdiendo todo poder político.

Desposeído de honor y bienes se ve obligado a abandonar España y María Teresa se niega a seguirle. Abandonada, se retira a su palacio de Boadilla del Monte a 15 kms de Madrid, donde permanece hasta 1823, fecha en la que parte a Francia donde morirá en 1828. Godoy a su muerte se casará con su amante Margarita Tudó, muriendo arruinado en 1851 en París.

La obra de Francisco de Goya esconde, debajo del retrato de la joven aristócrata, otros dos retratos totalmente terminados realizados por el artista aragonés a José Álvarez de Toledo y Gonzaga, marqués de Villafranca, y a Manuel Godoy, príncipe de la paz y esposo de la condesa, al que el autor de Fuendetodos habría pintado en una época posterior.
El descubrimiento de los lienzos se produjo tras haber sido realizada una radiografía a La condesa, una obra que se encuentra en muy buen estado de conservación, por lo que no ha tenido ni doble tela ni repintes desde que fue creado en el año 1800.
Milagrosamente y a pesar de los avatares históricos el cuadro permaneció siempre en la familia Rúspoli. Gracias a la Ley de Patrimonio Artístico de 1985 que declara al cuadro bien de interés cultural y por tanto inexportable se evita su venta por 6000 millones a una entidad extranjera.

En los años ochenta se inician las negociaciones para su compra, la Academia de San Fernando ofrece 3000 millones en 1999, pero será en enero de 2000 cuando la familia acepte la oferta de 4000 millones de pesetas del empresario y coleccionista Juan Abelló.

Rápidamente el Estado ejerce su derecho de tanteo por el mismo precio de la oferta y el cuadro es asignado al Museo del Prado quien participa en la compra con 1200 millones del legado Villaescusa.

La condesa de Chinchón abandonó su hogar en marzo de 2000 para residir definitivamente en la sala 87 del Museo del Prado, de nuevo bajo la atenta mirada de la reina María Luisa, recibe a sus visitantes invitándoles a disfrutar de la pintura de Goya.

La adquisición del "Retrato de la Condesa de Chinchón" de Goya sufrió un largo proceso. El Estado ejerció en enero del año 2000 el derecho de adquisición preferente que le confiere la legislación española ante la transmisión o venta del cuadro por parte de sus propietarios anteriores, señores D. Carlos, don Luis y don Enrique Rúspoli Morenés.

El lienzo fue solicitado por el pleno del Real Patronato del Museo del Prado para que su destino final fuera el Museo, que posee el conjunto más numeroso y excepcional de obras de Goya en el mundo. Además, la obra se inserta en la pintura y en la historia española y europea con el valor de un símbolo en ese momento crucial que abría la historia de Europa hacia el mundo moderno. En 1928 el cuadro ya formó parte de la exposición del Prado dedicada a Goya en el centenario de su muerte. Tras su alejamiento de Madrid durante la guerra civil, en 1940 el Patronato del Museo del Prado iniciaba las primeras gestiones para adquirir el lienzo, que se han consumado ahora a los 200 años de haber sido pintado. En 1999, y de acuerdo con la Ley 13/1985 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español, los copropietarios comunicaban a la Dirección de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Educación y Ciencia el acuerdo de compraventa del cuadro alcanzado con un tercero por un importe de cuatro mil millones de pesetas.
La Junta del Patrimonio reunida en pleno el 20 de diciembre de 1999 acordaba recomendar que la Administración ejerciera el Derecho de Tanteo a favor del Estado, el cual fue ejercitado por Orden Ministerial el 18 de enero de 2000. En cumplimiento de dicha orden, el cuadro fue depositado a título de depósito y custodia en el Museo del Prado el 17 de febrero de 2000. El pleno del Real Patronato del Museo del Prado había acordado en su reunión de 25 de enero de 2000 la adquisición del lienzo por parte del organismo autónomo Museo del Prado.

Para poder suscribir el contrato de compraventa, cuyo importe era de 4.000.000.000 de pesetas, era preceptiva, según la Ley, la autorización previa del Consejo de Ministros, que tuvo lugar el 14 de diciembre de 2000. La forma de pago contemplaba el pago de 2.500.000.000 de pesetas en el ejercicio corriente y en el del año 2001, los restantes 1.500.000.000 de pesetas.

Para que pudiera realizarse este último pago, el Ministerio de Hacienda tramitó en expediente aparte la propuesta de acuerdo del Consejo de Ministros de autorización para adquirir compromiso de gasto con cargo al ejercicio del año 2001 de conformidad con el procedimiento establecido por la Ley.

Los fondos obtenidos han encontrado diversas procedencias, como, por ejemplo, la aprobación de una generación de crédito, el 25 de julio de 2000, de 1.000 millones de pesetas, por aportación del Legado Villaescusa, después de haberse realizado el ingreso correspondiente procedente de Fervisa. El 29 de noviembre del mismo año se aprobaba la transferencia de crédito del Ministerio de Educación y Cultura y Deporte al Museo del Prado por 1.300 millones de pesetas, cuyo ingreso se hizo en enero de 2001 en la cuenta del organismo autónomo. En diciembre de 2000 el Museo del Prado aportó 200 millones de su presupuesto ordinario y en el mismo mes se aprobaban los Presupuestos Generales del Estado por lo que el Museo del Prado dispuso de 1.500 millones de pesetas en la anualidad del año 2001 para realizar el segundo pago.



El Eremita

Relator independiente

(Si te ha gustado, puedes compartirlo)

jueves, 22 de noviembre de 2012

VAMOS A CONOCER UN POCO MEJOR AL COLECTIVO CACH.


Con motivo de la próxima inauguración de la Exposición "Vistas de Chinchón", el Colectivo de artistas de Chinchón (CACh) me envía esta nota de prensa, que transcribo gustosamente:


"El Colectivo Cach se presentó en sociedad en octubre de 2005 con motivo de la inauguración del “Proyecto Azulejos: Destino el Mundo” que tuvo lugar en el recinto del Pilar, junto a la Oficina de Turismo. Al año siguiente presentó su primer proyecto expositivo en el claustro del Parador de Turismo de Chinchón, en marzo de 2006, donde se expusieron diversas obras de los artistas que componían el Colectivo, sin un tema común, para que sirviera como presentación de los miembros del Colectivo.



En diciembre de 2008 se presentó el Proyecto “La Condesa de Chinchón: fusión de historia y arte” cuya inauguración se realizó en el Teatro Lope de Vega de Chinchón, con dos conferencias y un concierto, y la exposición de las obras se realizó en la Casa de Cultura “Manuel Alvar” y en el Parador de Turismo de Chinchón con la participación de más de cincuenta artistas que hicieron interpretaciones personales del célebre cuadro de la Condesa de Chinchón que pintó Goya. Simultaneamente se realízo una composición de este cuadro por nueve artistas del Colectivo, recreando el cuadro de la Condesa de Chinchón a tamaño natural y con una interpretación muy personal e innovadora. Este cuadro fue donado posteriormente al Excm. Ayuntamiento de Chinchón donde se encuentra expuesto permanentemente.


El Segundo proyecto pictórico del Colectivo tuvo lugar en noviembre del año 2010 bajo el título de “Rostros de Chinchón” en el que más de sesenta artistas nos dejaron un amplio mosaico de retratos de personas de Chinchón en cuadros, fotografías y esculturas que reflejaron la realidad de unos rostros famosos y anónimos de nuestro pueblo. Las obras fueron expuestas en la Casa de Cultura “Manuel Alvar”


El Colectivo Cach, además de promover proyectos propios, ha querido sumarse también a otros proyectos, colaborando con la organización de la exposición “Carlos Alonso Herreros: un poquito de su alma” que se celebró del 8 al 15 de octubre de 2011 en la Casa de Cultura de Chinchón.


Ese mismo año, en el mes de diciembre de 2011 se colaboró con la Academia DV, presentando en Chinchón la exposición “Vistas de Madrid” en las salas de la Casa de Cultura, en el Parador de Turismo y en el restaurante “La Casa del Pregonero.



Para este año, hemos preparado una exposición bajo el título de “Vistas de Chinchón” en la que se han presentado más de setenta cuadros, entre pintura, dibujo y fotografía, de más de cincuenta artistas. La exposición de estas obras se realizará del 1 al 22 de diciembre de 2012, en la Casa de Cultura “Manuel Alvar” y en el restaurante “La Casa del Pregonero”.


Con este motivo, el Colectivo ha editado un calendario para el año 2013, que recoge 12 cuadros seleccionados para los doce meses del año, además de recoger una pequeña reproducción de la mayoría de los cuadros, uno por cada uno de los participantes.


El Colectivo de Artistas de Chinchón (CACh) integra a un grupo de artistas relacionados con Chinchón. Es un grupo muy heterogéneo. El colectivo ha conseguido reunir a muchos artistas de distintas nacionalidades. Además de españoles, los hay chilenos, holandeses, mejicanos, isrealíes, etc. etc. Pero además es heterogéneo por su cualificación artística. Los hay profesionales, discípulos aventajados, estuadiantes de bellas artes, autodidactas y meros aficionados a la pintura. 


Nuestro objetivo es la apertura a la participación de todos los que tengan interés por el arte y la cultura, porque pensamos que ni el arte ni la cultura deben ser elitista sino abiertos a la participación y el disfrute de todos. Buscando la calidad y la excelencia, no queremos apartar a los que se están iniciando o no tienen una formación académica, porque pensamos que todo es arte y la posible escasa calidad técnica de una obra nunca desmerecerá la calidad de las que se exponen junto a ella. 


Somos pues, un grupo abierto a la colaboración con todos los que sientan las inquietudes artísticas y queremos ser el vehículo para la participación artística y la promoción cultural de Chinchón.


Queremos, por último dejar constancia de las distintas colaboraciones que hemos recibido durante estos años del Excmo. Ayuntamiento de Chinchón, del Parador de Turismo, del Restaurante "La Casa del Pregonero", de la Asociación de Empresas Turísticas y de "Camacho Arquitectos", así como el patrocinio de la Caixa y la participación inestimable de la Academia Decinti Villalón (DV)

miércoles, 30 de agosto de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN XXXI. LA VIRREINA.


31.- LA VIRREINA. El descubrimiento de la Quina. ¿Historia o leyenda? (Historia)

El nombre de Chinchón es conocido internacionalmente. A ello han contribuido diversos acontecimientos. Entre otros muchos, el rodaje de la película “La vuelta al mundo en 80 días” con Cantinflas; la fama de su aguardiente anisado que ya fue premiado en la exposición universal de París en el año 1889; el celebrado retrato de la Condesa de Chinchón doña María Teresa de Borbón y Vallábriga que pintó Goya pero, sin duda, el personaje por el que más ha sido conocido nuestro pueblo en todo el mundo, es la Virreina del Perú, doña Francisca Enríquez de Rivera, segunda esposa del IV conde de Chinchón, don Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla, en cuyo honor y recuerdo, en el año 1742, el famoso naturalista Carl von Linnè o Linneo, en su obra “Genera Plantarum” bautizó con el nombre de “Cinchona” o “Chinchona” al árbol de la quina, como homenaje a la intervención de la Condesa de Chinchón en su descubrimiento.

Este fue el motivo de mi interés por los personajes protagonistas de este trabajo y lo que me llevó a investigar en sus vidas, y sobre todo en su trayectoria política y social de su ápoca. Un período de la historia de España en el que se iba perdiendo la grandeza del imperio de los Austrias. La España de Felipe IV en la que prevalecían las intrigas y los egoísmos de los validos y privados del rey, como el Conde Duque de Olivares, que eran insaciables a la hora de conseguir riquezas con las que mantener una apariencia de grandeza que se desmoronaba poco a poco, y para lo cual no dudaron en esquilmar las riquezas que llegaban de las tierras del nuevo mundo. Y posiblemente, en este mundo de insidias y ambiciones, la figura del Conde de Chinchón sea una excepción, como veremos en este trabajo.


Contrariamente a lo que suele ocurrir cuando se estudian hechos antiguos, me encontré con mucha información de nuestros protagonistas, sobre todo de la época en la que ostentaron uno de los cargos más importantes del reino, el virreinato del Perú”.
Como nace la leyenda:

En el año 1663 (22 años después de la muerte de la Virreina y Condesa de Chinchón, doña Francisca Enríquez de Rivera,) Sebastián Bado (o Badi), en su libro sobre la quina, titulado “Anastasis corticis peruviae, seu chinae chinae defensio” se hace eco de la carta de un comerciante italiano, natural de Génova, llamado Antonio Bolli. La traducción literal del latín de la narración de Bado dice así:

«Enfermó, pues, en la ciudad de Lima, que es la capital del Reino del Perú, la esposa del Virrey, que en aquella época lo era el Conde de Chinchón. Su enfermedad era fiebre terciana, la cual es en aquella región no solo frecuente, sino grave y llena de peligros. El rumor de su enfermedad (como sucede con los poderosos) fue conocido por la gente de la ciudad, se comunicó a los lugares vecinos y llegó hasta Loxa. Creo que han transcurrido desde entonces ahora de treinta a cuarenta años. Era prefecto de aquel lugar un español, quien informado de la enfermedad de la Condesa, pensó informar por carta al Virrey su marido, lo cual hizo, de que poseía un remedio secreto que recomendaba sin dudar, que si el Virrey quisiese, curaría a su esposa, librándola de todas las fiebres.

Informó de este mensaje el marido a su esposa, que al punto accedió (y esto podemos creer y esperamos ha de ser bueno para nosotros en el futuro), sin demora ordenó la venida del hombre de quien esperaba ayuda, y por lo tanto venir a Lima sin pérdida de tiempo, lo cual hizo; admitido ante él, confirmó verbalmente lo que había dicho por carta rogando a la Virreina que tuviera buen ánimo y confianza, por estar cierto de que ella se curaría si se seguían sus consejos os. Lo cual oído, decidieron tomar el Remedio y una vez tomado, y como hecho milagroso, se curó con el asombro de todos...»

Es importante reseñar la condición de comerciante del autor de esta carta.
Otra leyenda, relata que estando en 1639 Don Juan López de Cañizares, Corregidor de Loja, enfermo de fiebres intermitentes, un Jesuita misionero le sugirió tomar un remedio usado por él para una fiebre semejante por consejo de un cacique indio del pueblo de Malacatos que había abrazado la fe católica con el nombre de Pedro Leiva, alrededor de 1600. Curado el Corregidor con la infusión de la corteza del árbol llamado de Calenturas, sería él quién se la recomendara años después a la segunda esposa del Virrey de Perú Doña Francisca Enríquez de Rivera, enferma de las mismas fiebres. Ambas leyendas coinciden en el gran entusiasmo que produjo la curación de la condesa quien pronto reveló cual era el remedio y distribuyó grandes cantidades de corteza de Quina para facilitársela a muchos enfermos. Sin embargo, hay sensibles discrepancias en las fechas en que ocurrieron ambas curaciones.
En el año 1817 la escritora francesa, Condesa de Genlis, recogió por primera vez estas leyendas de forma literaria, en su novela titulada “Zuma”, cuya trama describe cómo una sirvienta india, al servicio de la residencia del Virrey en Lima, descubre las virtudes de la corteza del quino al ver a su dueña la Condesa de Chinchón enferma con paludismo.

Pero el que más contribuyó a su divulgación fue el escritor y periodista peruano Manuel Ricardo Palma Soriano, nacido en Lima, el 7 de febrero 1833 y que falleció en Miraflores (Lima) el 6 de octubre 1919.
Su obra más significativa fue “Tradiciones Peruanas”, compuestos por relatos cortos que narran en forma satírica y plagada de giros castizos las costumbres de la Lima virreinal. Este estilo de cuadro de costumbres, original en su forma, se puede inscribir, por la época en que se produjo y por su temática, dentro de lo que podría considerarse como Romanticismo peruano. De este modo tenemos en las “Tradiciones” un referente romántico similar a los cuadros de costumbres de Larra o a las Leyendas de Bécquer.

Uno de estos relatos cortos lo tituló “Los polvos de la condesa” y fue publicado en El Correo del Perú, periódico semanal con ilustraciones, el 19 octubre 1872.
I


"En una tarde de junio de 1631 las campanas todas de las iglesias de Lima plañían fúnebres rogativas, y los monjes de las cuatro órdenes religiosas que a la sazón existían, congregados en pleno coro, entonaban salmos y preces. Los habitantes de la tres veces coronada ciudad cruzaban por los sitios en que, sesenta años después, el virrey conde de la Monclova debía construir los portales de Escribanos y Botoneros, deteniéndose frente a la puerta lateral de palacio.
En éste todo se volvía entradas y salidas de personajes, más o menos caracterizados.
No se diría sino que acababa de dar fondo en el Callao un galeón con importantísimas nuevas de España, ¡tanta era la agitación palaciega y popular! o que, como en nuestros democráticos días, se estaba realizando uno de aquellos golpes de teatro a que sabe dar pronto término la justicia de cuerda y hoguera. Los sucesos, como el agua, deben beberse en la fuente; y por esto, con venia del capitán de arcabuceros que está de facción en la susodicha puerta, penetraremos, lector, si te place mi compañía, en un recamarín de palacio.
Hallábase en él el excelentísimo señor don Luis Jerónimo Fernández de Cabrera Bobadilla y Mendoza, conde de Chinchón, virrey de estos reinos del Perú por S. M. don Felipe IV, y su íntimo amigo el marqués de Corpa. Ambos estaban silenciosos y mirando con avidez hacia una puerta de escape, la que al abrirse dio paso a un nuevo personaje. Era éste un anciano. Vestía calzón de paño negro a media pierna, zapatos de pana con hebillas de piedra, casaca y chaleco de terciopelo, pendiendo de este último una gruesa cadena de plata con hermosísimos sellos. Si añadimos que gastaba guantes de gamuza, habrá el lector conocido el perfecto tipo de un esculapio de aquella época.
El doctor Juan de Vega, nativo de Cataluña y recién llegado al Perú, en calidad de médico de la casa del virrey, era una de las lumbreras de la ciencia que enseña a matar por medio de un “récipe”.
--¿Y bien, don Juan?--le interrogó el virrey, más con la mirada que con la palabra.
--Señor, no hay esperanza. Sólo un milagro puede salvar a doña Francisca.
Y don Juan se retiró con aire compungido.
Este corto diálogo basta para que el lector menos avisado conozca de qué se trata.
El virrey había llegado a Lima en enero de 1639, y dos meses más tarde su bellísima y joven esposa doña Francisca Henríquez de Ribera, a la que había desembarcado en Paita para no exponerla a los azares de un probable combate naval con los piratas. Algún tiempo después se sintió la virreina atacada de esa fiebre periódica que se designa con el nombre de terciana, y que era conocida por los Incas como endémica en el valle de Rimac.

Sabido es que cuando, en 1378, Pachacutec envió un ejército de treinta mil cuzqueños a la conquista de Pachacamac, perdió lo más florido de sus tropas a estragos de la terciana. En los primeros siglos de la dominación europea, los españoles que se avecindaban en Lima pagaban también tributo a esta terrible enfermedad, de la que muchos sanaban sin específico conocido, y a no pocos arrebataba el mal. La condesa de Chinchón estaba desahuciada. La ciencia, por boca de su oráculo don Juan de Vega, había fallado.
--¡Tan joven y tan bella!--decía a su amigo el desconsolado esposo
--. ¡Pobre Francisca! ¿Quién te habría dicho que no volveríais a ver tu cielo de Castilla ni los cármenes de Granada? ¡Dios mío! ¡Un milagro, Señor, un milagro!...
--Se salvará la condesa, excelentísimo señor--contestó una voz en la puerta de la habitación.
El virrey se volvió sorprendido. Era un sacerdote, un hijo de Ignacio de Loyola, el que había pronunciado tan consoladoras palabras.
El conde de Chinchón se inclinó ante el jesuita. Este continuó:
--Quiero ver a la virreina, tenga vuecencia fe, y Dios hará el resto.
El virrey condujo al sacerdote al lecho de la moribunda.

II

Suspendamos nuestra narración para trazar muy a la ligera el cuadro de la época del gobierno de don Luis Jerónimo Fernández de Cabrera, hijo de Madrid, comendador de Criptana entre los caballeros de Santiago, alcaide del alcázar de Segovia, tesorero de Aragón, y cuarto conde de Chinchón, que ejerció el mando desde el 14 de enero de 1629 hasta el 18 del mismo mes de 1639.

Amenazado el Pacífico por los portugueses y por la flotilla del pirata holandés “Pie de palo”, gran parte de la actividad del conde de Chinchón se consagró a poner el Callao y la escuadra en actitud de defensa. Envió además a Chile mil hombres contra los araucanos, y tres expediciones contra algunas tribus de Puno, Tucumán y Paraguay.

Para sostener el caprichoso lujo de Felipe IV y sus cortesanos, tuvo la América que contribuir con daño de su prosperidad. Hubo exceso de impuestos y gabelas, que el comercio de Lima se vio forzado a soportar.

Data de entonces la decadencia de los minerales de Potosí y Huancavelica, a la vez que el descubrimiento de las vetas de Bombón y Caylloma.

Fue bajo el gobierno de este virrey cuando, en 1635, aconteció la famosa quiebra del banquero Juan de la Cueva, en cuyo Banco--dice Lorente--tenían suma confianza así los particulares como el Gobierno.

Esa quiebra se conmemoró, hasta hace poco, con la mojiganga llamada “Juan de la Cova, coscoroba”.

El conde de Chinchón fue tan fanático como cumplía a un cristiano viejo. Lo comprueban muchas de sus disposiciones. Ningún naviero podía recibir pasajeros a bordo, si previamente no exhibía una cédula de constancia de haber confesado y comulgado la víspera. Los soldados estaban también obligados, bajo severas penas, a llenar cada año este precepto, y se prohibió que en los días de Cuaresma se juntasen hombres y mujeres en un mismo templo. Como lo hemos escrito en nuestro “Anales de la Inquisición de Lima”, fue ésta la época en que más víctimas sacrificó el implacable tribunal de la fe. Bastaba ser portugués y tener fortuna para verse sepultado en las mazmorras del Santo Oficio. En uno solo de los tres autos de fe a que asistió el conde de Chinchón fueron quemados once judíos portugueses, acaudalados comerciantes de Lima.

Hemos leído en el librejo del duque de Frías que, en la primera visita de cárceles a que asistió el conde, se le hizo relación de una causa seguida a un caballero de Quito, acusado de haber pretendido sublevarse contra el monarca. De los autos dedujo el virrey que todo era calumnia, y mandó poner en libertad al preso, autorizándolo para volver a Quito y dándole seis meses de plazo para que sublevase el territorio; entendiéndose que si no lo conseguía, pagarían los delatores las costas del proceso y los perjuicios sufridos por el caballero. ¡Hábil manera de castigar envidiosos y denunciantes infames!

Alguna quisquilla debió tener su excelencia con las limeñas cuando en dos ocasiones promulgó bando contra las “tapadas”; las que, forzoso es decirlo, hicieron con ellos papillotas y tirabuzones. Legislar contra las mujeres ha sido y será siempre sermón perdido.

Volvamos a la virreina, que dejamos moribunda en el lecho.

III

Un mes después se daba una gran fiesta en palacio en celebración del restablecimiento de doña Francisca.

La virtud febrífuga de la cascarilla quedaba descubierta. Atacado de fiebres un indio de Loja llamado Pedro de Leyva bebió, para calmar los ardores de la sed, del agua de un remanso, en cuyas orillas crecían algunos árboles de “quina”. Salvado así, hizo la experiencia de dar de beber a otros enfermos del mismo mal cántaros de agua, en los que depositaba raíces de cascarilla. Con su descubrimiento vino a Lima y lo comunicó a un jesuita, el que, realizando la feliz curación de la virreina, prestó a la humanidad mayor servicio que el fraile que inventó la pólvora.

Los jesuitas guardaron por algunos años el secreto, y a ellos acudía todo el que era atacado de terciana. Por eso, durante mucho tiempo, los polvos de la corteza de quina se conocieron con el nombre de “polvos de los jesuitas”.

El doctor Scrivener dice que un médico inglés, Mr. Talbot, curó con la quinina al príncipe de Condé, al delfín, a Colbert y otros personajes, vendiendo el secreto al gobierno francés por una suma considerable y una pensión vitalicia. Linneo, tributando en ello un homenaje a la virreina condesa de Chinchón, señala a la quina el nombre que hoy le da la ciencia: “Chinchona”.

Mendiburu dice que, al principio, encontró el uso de la quina fuerte oposición en Europa, y que en Salamanca se sostuvo que caía en pecado mortal el médico que la recetaba, pues sus virtudes eran debidas a pacto de dos peruanos con el diablo.

En cuanto al pueblo de Lima, hasta hace pocos años conocía los polvos de la corteza de este árbol maravilloso con el nombre de “polvos de la condesa”.

Como se puede comprobar, este relato reúne todos los elementos de una historia novelada. Se entremezclan datos fidedignos e históricamente contrastados con licencias literarias, dándolo un enfoque novelesco para así hacerlo más atractivo desde un punto de vista literario y con clara intención divulgativa.

De esta narración se hace eco, años después, el ilustre doctor en Farmacia don Francisco Javier Blanco Juste quien en el año 1934 escribió “Historia del descubrimiento de la Quina” y que a su vez la trasmitió a don José María Pemán. Así lo reconoce el mismo Pemán en la autocrítica que publicó el día 16 de junio de 1939, cuando se estrenó en Palma de Mallorca el poema dramático “La Santa Virreina” por la Compañía de María Guerrero.

Tenemos más ejemplos de la presencia de esta leyenda en la literatura universal. El cubano Francisco Ramón Valdez, escribió un drama en verso llamado “Cora o la Sacerdotisa Peruana”; y el alemán Hotzebue escribió otro drama con el título de “La Virgen del Sol”.

De carácter menos literario tenemos “A memoir of the Lady Ana de Osorio, countess of Chinchon and vice-queen of Peru (A.D. 1629-39). With a plea for the correct spelling of the Chinchona genus”, de Sir Clements R Markham, de la Editorial: London, Trübner & Co. fechado en 1874.Clements R. Markham, presidente de la Real Sociedad Geográfica de Londres, en 1874 dedicó esta memoria a la condesa "Ana de Osorio", esposa del virrey Chinchón: " y dice que “tras regresar a España, se dedicó a curar a los enfermos con corteza que ella misma había traído del Perú...".

Ahora sabemos que la condesa de Chinchón que estuvo en Perú no fue Ana de Osorio, sino Francisca Enríquez de Rivera. Por si con eso no bastase, doña Francisca murió en Cartagena de Indias (actual Colombia) el 14 de enero de 1641, cuando ella y el virrey Chinchón estaban por embarcarse de regreso a España. En reimpresos posteriores a 1879, se aclara esto, como resultado probablemente de un error de "oídas" y se "renombra" a doña Ana de Osorio como doña Francisca.

Ya en épocas recientes se siguen publicando artículos, como el titulado “La quinina, el descubrimiento que cambió el mundo” del que es autora la Dra. Paloma Merino Amador, publicado en el año 2004 por la Empresa Farmacéutica Bayer, que abunda en la tesis de la intervención de la Virreina en el descubrimiento de la quina. Termina así su artículo: “Cuando se restableció del todo, y a pesar de que la figura activa de la mujer en la sociedad era muy limitada, se encargó de proporcionar el tratamiento a todos los enfermos de Lima, que denominaron al preparado y en agradecimiento “polvos de la condesa”, lo que la convirtió en una virreina muy querida. Los jesuitas enviaron grandes cantidades del preparado de quina al cardenal español Juan de Lugo, padre general de la orden, que residía en Roma. El cardenal lo distribuyó entre los pobres de la Ciudad Eterna. En España se probó por primera vez en Alcalá de Henares y el avance científico se conoció en toda Europa gracias a Luis XIV de Francia, quien compró la nueva sustancia para curar al Delfín, lo que supuso el triunfo de la quina en el Viejo Mundo. Gracias a la Condesa de Chinchón, la sociedad científica comenzó a utilizar un tratamiento para una de las enfermedades que más muertes causaba tanto en América como en Europa. Doña Francisca recibió el primer homenaje cuando el botánico Linneo puso el nombre de cinchona al género del árbol de la quina — Linneo lo escribió siguiendo la fonética italiana, por lo que la palabra se pronuncia como en castellano chinchona—. En la actualidad no existe tratado que no reconozca a la condesa como la persona que favoreció la difusión del fármaco, y su historia es la protagonista de las salas de quina del Wellcome Historical Medical Museum de Londres, al igual que hay frescos con escenas de su curación en el Hospital del Espíritu Santo de Roma. José María Pemán escribió la obra en verso “La santa virreina”, con claro valor literario y que tiene como nudo argumental la curación de la española”.

Podríamos concluir que todo lo anteriormente expuesto carece de valor histórico y posiblemente sólo pueda servir para confirmar que el Paludismo podía existir en América antes de la llegada de los españoles, que era conocida la Quina como remedio por parte de los indígenas y que fue un español, con toda probabilidad un jesuita, quien consiguió por primera vez la revelación del secreto que estos guardaban celosamente.

Pero la historia continúa...
La realidad histórica:


Los estudios sobre el tema, realizado por varios autores (Rompel, Paz Soldán, Haggis, Hernando y Jaramillo Arango) consideran que todo lo referido a la condesa y su curación con los polvos de la corteza del Árbol del Cuarango es, en palabras del último citado, "una ficción" por no contar con datos históricos seguros en su apoyo y disponer de otros que lo desmienten.

Entre estos últimos merece especial mención el “Diario de Lima” o “Diario del Virreinato de Chinchón”. En cumplimiento de las Reales Cédulas de 16 de diciembre de 1623 y 23 de noviembre de 1631, el Conde de Chinchón y Virrey del Perú encomendó la redacción de un diario de todos los hechos ocurridos durante su mandato al clérigo Juan Antonio Suardo y posteriormente a Diego Medrano.

El primero de ellos, conocido como “El Diario de Lima” abarca un espacio de cinco años, del 15 de mayo de 1629 al 14 de mayo de 1634. Este diario de 196 páginas, del que se hicieron tres copias, fue enviado al Archivo de Indias, y allí fue encontrado por Ruben Vargas Ugarte y publicado en el año 1935.
El diario escrito por Diego Medrano continúa desaparecido y se ignora la importancia de su contenido. Posteriormente se escribió una crónica por Mugaburu que abarca un espacio de 47 años, pero en el que no se recogen datos concretos sino consideraciones más generales.

También merece la consideración un artículo de Manuel Moreyra y Paz Soldán, titulado “Las tercianas del Conde de Chinchón, según el "Diario de Lima" de Juan Antonio Suardo”, editado por Editorial: Lima, Pontificia universidad católica del Perú. PUCP, Instituto Riva-Agüero, 1994.

En sus escritos, Suardo no menciona palabra alguna sobre las supuestas fiebres de la condesa, a las que había hecho mención Antonio Bolli en su carta a Sebastián Bado, por el contrario, el diario permite suponer que, salvo afecciones pequeñas, la salud de la condesa era óptima, con una agenda activa en la sociedad limeña; en cambio, son muchas las referencias de que el conde y su hijo sí adolecieron de fiebres tercianas.

Concretamente nos dice, por ejemplo, que el 10 de febrero de 1630 cae enfermo el Conde y se hace una junta de médicos en la que se acuerda que se le hagan sangrías, con lo que mejora. El 2 de julio de 1630 vuelva a caer enfermo en Conde, ordenando los médicos que se le practiquen nuevas sangrías, llegando la enfermedad hasta el día 12 de este mes.
También nos cuenta que el día 26 de noviembre de 1630, enferma la Condesa con inflamación de garganta y el Conde ordena suspender la corrida de toros que se iba a celebrar ese día.

Como vemos, el cronista sí se hace eco de las enfermedades de los Condes, haciendo mención a las fiebres tercianas de don Luis Jerónimo, y al hablar de la condesa nunca se refiere a esta enfermedad. Además para la cura de las fiebres sólo se menciona el remedio de sangrías y purgas. Se antoja muy raro, por lo tanto, que el diario refiera las fiebres que padecieron el virrey y su hijo sin haber recibido una medicina ya supuestamente probada con éxito en la condesa.
No es menos importante el hecho de que en descripciones de la quina en aquella época, el agustino fray Antonio de La Calancha (1633) autor de "Crónica moralizada" y el padre jesuita Bernabé Cobo (1652), quienes residieron en Perú en la época de los Condes de Chinchón, fueron los primeros en describir desde ese país la cascarilla; notaron sus propiedades curativas "milagrosas" y ninguno de ellos hace mención sobre la relación de esta virreinal pareja con la quina.

Medio siglo antes, Monardes (1571) y Fragoso (1572) habían señalado una planta propia del Nuevo Reino (actual Colombia y Ecuador), a la que no pusieron nombre. Ellos describieron sus características morfológicas y propiedades astringentes inconfundibles de la quina, así como su utilidad en casos de diarrea, fiebre y cualquier flujo.
Tampoco aparece mención alguna a estos hechos en el amplio informe escrito por el propio criado del conde Diego Pérez Gallego, en el que se recogen los hechos más relevantes “del acertado y prudente govierno que tuvo en los reynos del Perú el Excmo. Señor conde de Chinchón, virrey desde el año de 1629 hasta el de 1640, con algunas advertencias para el aumento de la real hacienda y bien común, para que se presente a su Majestad” en donde se detallan los acontecimientos más significativos del mandato del Conde de Chinchón al frente del Virreinato del Perú.
Existe otro documento de gran importancia en el que tampoco se mencionan estos hechos, y está firmado por el mismísimo Conde de Chinchón, es la “Relación que hizo de su Govierno el Exmo. Sr. Dn. Luis Geronimo Fernández de Cabrera, Bobadilla, y Mendoza, IV Conde de Chinchón, Virrey, Lugar Teniente, Governador, y Capitán General de los Reynos del Perú, Terrafirme, y Chile. Al Exmo. Sr. Dn. Pedro de Toledo, y Leiva, primer Marques de Mancera, su succesor”.

Posiblemente, la única excepción en la literatura histórica sobre este tema, que da por cierta la enfermedad y curación de la virreina es “El Conde de Chinchón” de José Luis Músquiz de Miguel, Jesuita, editado por la Escuela de Estudios Americanos del Consejo Superior de Investigaciones científicas (1945). Se trata de una monografía presentada en la Universidad de Madrid, como tesis para la colación de grado de Doctor en Filosofía y Letras (Sección de Historia), el día 12 de mayo de 1944. El Tribunal acordó concederle la calificación de sobresaliente y al terminar el curso académico la misma Facultad le otorgó Premio Extraordinario de Doctorado.

En las página 31 y 32, dice: “Se sabe que frecuentemente padeció (El Conde) fiebres palúdicas, las famosas tercianas, ya conocidas desde el tiempo de los incas en el Valle de Rimac. Varias veces tuvo que interrumpir sus ocupaciones al sentirse atacado por las mismas e, incluso, en alguna ocasión, llegó creer que moriría de ellas, haciendo testamento, que entregó a su esposa, a la que rogó pusiera siempre el mayor esmero y cuidado en la educación de su hijo Francisco Fausto”. En la nota al pie de página indica que estos datos están sacados de “Las tercianas del Conde de Chinchón. Carlos Enrique Paz Soldán, en la que se hace un estudio médico sobre esta enfermedad.”

Y continúa: “Más conocidas que las del conde fueron las que atacaron a la Virreina en junio de 1631, ya que dieron origen a la difusión de la virtud febrífuga de la quinina. Las fiebres llegaron a ponerla en inminente peligro de muerte , y tanto el médico de la casa del Virrey, doctor don Juan de la Vega, como los demás doctores consultados, dieron por perdida toda esperanza de salvación para la Virreina, la cual no consiguió librarse de su grave enfermedad hasta que tomó unas cuantas dosis de “cascarilla”. Parece que quien hizo el primer experimento de semejante remedio fue un indio, Pedro de Leyva que, atacado por dicha enfermedad, para calmar los ardores de sus sed, bebió agua en un remanso en cuyas orillas crecían algunos árboles de quina. Salvado así hizo la experiencia de dar de beber a otros enfermos agua en la que depositó raíces de quinina, y con su descubrimiento vino a Lima y se lo comunicó a un jesuita, el cual se lo proporcionó a la Virreina, con lo que se extendió la noticia de su poder curativo”.

Sin embargo hay que destacar que el autor no indica con ninguna nota a pié de página de donde ha recogido esta información, cosa no habitual, ya que en todo este trabajo se documentan las informaciones con la aportación de la fuente e incluso, en algunos casos, con los textos íntegros de los documentos. Cabe la posibilidad de que en esta ocasión se “fiase” de las “leyendas” que hasta esas fechas no había sido puestas en entredicho.

Por último, debemos tener en cuenta lo que dice el jesuita Ruben Vargas Ugarte en la introducción al “Diario de Lima”, a este respecto:

“Muy al principio de su periodo ocurrió el suceso que ha contribuido a inmortalizar su nombre y que en aquel entonces apenas tuvo repercusión alguna. Nos referimos al descubrimiento de la quina o cascarilla. La escasa importancia que los contemporáneos concedieron al feliz hallazgo de esta corteza ha sido, a no dudar, la causa de la oscuridad que todavía envuelve la manera como fue descubierta. Suardo, en su diario nada nos dice sobre este punto. A atenernos a la versión más común y mejor fundada, la enfermedad de la Virreina fue la causa de que las propiedades del maravilloso febrífugo fueron conocidas. El hecho de haber venido por tierra, atravesando los valles de la costa, en donde aún ahora es endémico el paludismo, nos hace sospechar que fue entonces cuando contrajo la dolencia. Ahora bien, la Condesa hizo su entrada en lima el día 19 de abril de 1629 y solo un mes más tarde comienza la relación de Suardo. Bien pudo acaecer la curación de la ilustre paciente en ese tiempo y así se explica el silencio del cronista, fuera de que por la ninguna resonancia del caso el pasarlo por alto no debe excitar nuestra atención.”
En este punto nos debemos hacer una pregunta: Si la Virreina utilizó el remedio de la quina para curarse de sus fiebre, ¿cómo no lo mencionan en sus escritos ni el cronista oficial del Virrey Juan Antonio Suardo, ni su criado Diego Pérez Gallego, ni el mismísimo Conde, cuando dejó constancia de los hechos más importantes de su reinado?

Y hay dos respuestas. La primera que no es cierta la leyenda de la curación de la condesa, y la segunda, que siendo verdadera, ellos no dieron importancia a esta información, porque realmente no eran conscientes de la trascendencia del descubrimiento.

Por tanto, considero que pudo haber algo de verdad en la curación de la virreina, pero que no se le dio entonces demasiada importancia, y que solo años después y con ánimo de promocionar la comercialización y consumo de este producto, se fue adornando la noticia con todos los elementos propios de la leyenda.
Después y aceptando las versiones de la época, en el año 1742 el famoso naturalista Carl von Linnè o Linneo (1707-1778) en su obra “Genera Plantarum” bautizó con el nombre de “Cinchona” o “Chinchona” al árbol de la quina, sacralizando la intervención de la Condesa de Chinchón en su descubrimiento, y mucho después llegaría su utilización como argumento para bellas historias y poemas literarios.
El busto de Linneo se encuentra en el Jardín Botánico de Burdeos, y está realizado en bronce por Lucie Jeffré.
Nota: El trabajo completo “DE CÓMO DON LUIS JERÓNIMO FERNANDEZ DE CABRERA Y BOBADILLA Y DOÑA FRANCISCA ENRIQUEZ DE RIVERA (Condes de chinchón y Virreyes del Perú) INTERVINIERON EN EL DESCUBRIMIENTO DE LA QUINA”. (Chinchón de 1589 a 1647), se puede leer en la Biblioteca Pública “Petra Ramírez” de Chinchón y en su página web.



El Eremita.
Relator independiente.

ESTAS SON LAS ÚLTIMAS ENTRADAS

ESTAS SON LAS ÚLTIMAS ENTRADAS
Si quieres seguir leyendo las de los días anteriores, pincha en "ENTRADAS ANTIGUAS" de más arriba... te pueden interesar. Hay mas de 3100, pero no es necesario que las leas todas hoy...

ENCUENTRA LOS TEMAS QUE MÁS TE INTERESAN

GRAN NOVEDAD

AHORA PUEDES ACCEDER AL CONTENIDO INTEGRO DE LA MAYORÍA DE LOS LIBROS QUE SE ANUNCIAN A CONTINUACIÓN.

SÓLO HAY QUE PULSAR EN LAS PORTADAS EN LAS QUE SE INDICA ESTA POSIBILIDAD Y PODRÁS LEER CÓMODAMENTE Y GRATIS TODOS ESTOS LIBROS.

IGUALMENTE PODRÁS ESCUCHAR Y VER LOS VÍDEOS DE LAS CANCIONES DE "MIS EDICIONES MUSICALES", PULSANDO EN LAS CARÁTULAS DE LOS DISCOS.

¡TIENES MUCHAS HORAS DE LECTURA Y ENTRETENIMIENTO!

¡¡¡Y PRÓXIMAMENTE, MÁS!!!

MIS EDICIONES MUSICALES

MIS EDICIONES MUSICALES
SENTIRES. Canta Mª Antonia Moya. Edición remasterizada. 2012. Incluye las canciones siguientes:

AVE MARIA

AVE MARIA
De Schubert. Canta María Antonia Moya, acompañada por el Maestro Alcérreca. 2011. Para escucharlo, pinchar en la image.

LA TARARA

LA TARARA
Canta Maria Antonia Moya. Si quieres escuchar la canción, pincha en la imagen

LOS PELEGRINITOS

LOS PELEGRINITOS
La canción de Lorca, cantada por María Antonia Moya, con imágenes de Lucena (Córdoba) Para escuchar la canción pincha en la imagen.

EN EL CAFÉ DE CHINITAS

EN EL CAFÉ DE CHINITAS
La copla de Lorca, cantada por María Antonia Moya, acompañada a la guitarra por Fernando Miguelañez. 1986. Para escuchar la canción, pinchar en la imagen

VERDE, QUE TE QUIERO VERDE

VERDE, QUE TE QUIERO VERDE
Maria Antonia Moya canta el Romance Sonámbulo de Federico García Lorca. Puedes escucharlo pinchando la imagen.

LOS CUATRO MULEROS.

LOS CUATRO MULEROS.
Canta: María Antonia Moya. 1986.Para escucharlo,pinchar en la imagen.

PERFIDIA

PERFIDIA
Canta Maria Antonia Moya, acompañada a la guitarra por Fernando Miguelañez. Año 1986. Para escuchar la canción, pincha en la imagen.

PASODOBLE DE CHINCHÓN

PASODOBLE DE CHINCHÓN
Letra: L.Lezama - Música: Palazón. Canta: María Antonia Moya. 1987Puedes escucharlo pinchando en la imagen

MIS LIBROS DE FICCIÓN. EL AMARGO SABOR DE LAS ROSAS.

MIS LIBROS DE FICCIÓN. EL AMARGO SABOR DE LAS ROSAS.
"El amargo sabor de las rosas" Novela. Marzo de 2017

MIS QUERIDOS FANTASMAS

MIS QUERIDOS FANTASMAS
ENERO 2020. RELATOS Y CUENTOS..PRÓXIMA EDICIÓN

HISTORIAS IMPOSIBLES

HISTORIAS IMPOSIBLES
ENERO 2020. PRÓXIMA EDICION.

SUI GENERIS

SUI GENERIS
ENERO 2020. PRÓXIMA EDICIÓN

LA BODA

LA BODA
"La boda" 1996 -2001. Inédito.Para leer el cuento, pincha en la imagen

ANDANZAS Y SENTIRES

ANDANZAS Y SENTIRES
"Andanzas y sentires" 2003. Inédito. Para leer el libro, pinchar en la imagen,

EL CIELO DE LAS AMAPOLAS

EL CIELO DE LAS AMAPOLAS
nueva edición 2022

CUENTOS DE OTOÑO

CUENTOS DE OTOÑO
Cuentos de Otoño. 2006. Si quieres leer los cuentos, pulsa en la imagen.

LUZ DEL CIELO Y OTROS RELATOS CON NOSTALGIA

LUZ DEL CIELO Y OTROS RELATOS CON NOSTALGIA
“Luz del Cielo” y otros relatos con nostalgia. 2019. Proximamente en este blog

CUENTOS DE CAFÉ CON LECHE

CUENTOS DE CAFÉ CON LECHE
Cuentos de café con leche. Pinchar en la imagen para leer los cuentos.

CUENTOS AMORALES

CUENTOS AMORALES
"Cuentos amorales" 2005. Inédito. Para leer los cuentos, pincha en la imagen

LOS CUENTOS DEL ABUELO

LOS CUENTOS DEL ABUELO
Próximamente en este blog.

TRABAJOS FORZADOS

TRABAJOS FORZADOS
Recopilación de 44 relatos escritos para el taller literario.2007-2012. Para leer los relatos pinchar en la portada.

LOS VELOS DE LA MEMORIA I. HISTORIA DEL SOLAR

LOS VELOS DE LA MEMORIA I. HISTORIA DEL SOLAR
"Los velos de la memoria". Historia del Solar. Edición restringida de 95 ejemplares. Se presentó el 10.1. 2010.

LOS VELOS DE LA MEMORIA II. EL AMO.

LOS VELOS DE LA MEMORIA II. EL AMO.
Los Velos de la Memoria II. El Amo. Edición digital. 2012.

DÉJAME QUE TE CUENTE....

DÉJAME QUE TE CUENTE....
"Déjame que te cuente"... 2013. Recopilación. Para leerlo, pinchar en la portada del libro.

LOS VELOS DE LA MEMORIA III LA HEREDERA

LOS VELOS DE LA MEMORIA III LA HEREDERA
LOS VELOS DE LA MEMORIA III. La Heredera..AÑO 2014.

HISTORIAS DE INTRIGA PARA DORMIR LA SIESTA

HISTORIAS DE INTRIGA PARA DORMIR LA SIESTA
2013.Recopilación de relatos. Para leerlos, pincha en la portada

PAISAJES CON FIGURA

PAISAJES CON FIGURA
2013. Recopilación. Para leer los relatos, pinchar en la portada

MIS LIBROS DE ENSAYO. LA OPINIÓN DEL EREMITA

MIS LIBROS DE ENSAYO. LA OPINIÓN DEL EREMITA
LA OPINIÓN DEL EREMITA. Recopilación. 2008-2013. Para leer los trabajos, pinchar en la portada.

LA OPINIÓN DEL EREMITA 2º TOMO

LA OPINIÓN DEL EREMITA 2º TOMO
Segunda entrega. Próximamente en este blog.

MIS OBRAS DE TEATRO.

MIS OBRAS DE TEATRO.
Un ramito de Violetas. Para leerlo, pulsar en la portada.

MIS LIBROS DE POESÍAS.

MIS LIBROS DE POESÍAS.
"SINSENTIDO" Para leer las poesías, pinchar en la portada.

MIS LIBROS DE VIAJES

MIS LIBROS DE VIAJES
Los viajes del Eremita.Volumen I. 2016.

LOS VIAJES DEL EREMITA VOLUMEN II

LOS VIAJES DEL EREMITA VOLUMEN II
VOLUMEN II. LOS VIAJES DEL EREMITA.

LOS VIAJES DEL EREMITA. VOLUMEN III

LOS VIAJES DEL EREMITA. VOLUMEN III
Los viajes del Eremita. 2016.

LOS VIAJES DEL EREMITA. VOLUMEN IV

LOS VIAJES DEL EREMITA. VOLUMEN IV
Los viajes del eremita.Volumen IV. 2016.

EL CATÁLOGO DE MI PINTURA.

EL CATÁLOGO DE MI PINTURA.
POLITÉCNICA. CATÁLOGO DE ARTE. Pintura, dibujo, diseño.Para ver el catálogo, pinchar la portada

FOTOGRAFÍA: ESPAÑA,UN MOSAICO DE IMÁGENES.

FOTOGRAFÍA: ESPAÑA,UN MOSAICO DE IMÁGENES.
ESPAÑA: UN MOSAICO DE IMÁGENES. Fotografías. Para verlo, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA: CHINCHÓN EN DUOTONO.

FOTOGRAFÍA: CHINCHÓN EN DUOTONO.
CHINCHÓN EN DUOTONO. Fotografía.Para ver la exposición, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA. DETALLES

FOTOGRAFÍA. DETALLES
MAS DETALLES. Fotografías. Para ver la exposición pincha en la portada.

FOTOGRAFÍA: ACORTANDO DISTNACIA

FOTOGRAFÍA: ACORTANDO DISTNACIA
ACORTANDO DISTANCIAS. Fotografías. Para ver la exposición, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA: FRUTAS Y VERDURAS

FOTOGRAFÍA: FRUTAS Y VERDURAS
FRUTAS Y VERDURAS. Fotografías. Para ver la exposición, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA: PAISAJES EN MI RECUERDO

FOTOGRAFÍA: PAISAJES EN MI RECUERDO
PAISAJES EN MI RECUERDO. Fotografías. Para ver la exposición, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA: FOTOGRAFÍAS OCULTAS

FOTOGRAFÍA: FOTOGRAFÍAS OCULTAS
FOTOGRAFÍAS OCULTAS. Fotografía. Para ver la exposición, pinchar en la portada

FOTOGRAFÍA: DENIA EN FALLAS

FOTOGRAFÍA: DENIA EN FALLAS
DENIA EN FALLAS. Fotografías. Para ver la exposición, pinchar en la portada

FOTOGRAFÍA: CHINCHÓN EN FIESTAS

FOTOGRAFÍA: CHINCHÓN EN FIESTAS
CHINCHÓN EN FIESTAS. Reportaje fotográfico. Para verlo, pinchar en la portada

FOTOGRAFÍA: TURISMO

FOTOGRAFÍA: TURISMO
TURISMO. IMÁGENES DE MIS VIAJES. Fotografías. Para verlas, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA: MIS FOTOS.

FOTOGRAFÍA: MIS FOTOS.
MIS FOTOS. Folografías: para verlas, pinchar en la portada

FOTOGRAFÍA: COMIDAS

FOTOGRAFÍA: COMIDAS
COMIDAS. Fotografías. Para verlas, pinchar en la portada

FOTOGRAFÍA: UN VIAJE A CÓRDOBA Y GRANADA

FOTOGRAFÍA: UN VIAJE A CÓRDOBA Y GRANADA
VIAJE A CÓRDOBA Y GRANADA.FOTOGRAFÍAS. Para ver el reportaje, pinchar en la portada.

FOTOGRAFÍA: FLORES Y PLANTAS

FOTOGRAFÍA: FLORES Y PLANTAS
Flores y Plantas. FOTOGRAFÍAS. Para ver esta exposición, pinchar en la portada.

LAS RECOMENDACIONES DEL EREMITA: CHINCHÓN MONUMENTAL.

LAS RECOMENDACIONES DEL EREMITA: CHINCHÓN MONUMENTAL.
CHINCHÓN MONUMENTAL. Una visita virtual por las calles, plaza y campos de Chinchón. Para verlo, pinchar en la foto.

Museo Etnológico LA POSADA DEL ARCO

Museo Etnológico LA POSADA DEL ARCO
Una visita al Museo LA POSADA DEL ARCO.Para ver la visita virtual, pinchar en la fotografía.

EL MUSEO ULPIANO CHECA

EL MUSEO ULPIANO CHECA
Una visita al Museo ULPIANO CHECA en Colmenar de Oreja.Para ver la visita virtual, pincha en la imagen:

IMÁGENES RELIGIOSAS DE CHINCHÓN

IMÁGENES RELIGIOSAS DE CHINCHÓN
Una visita a las IMÁGENES RELIGIOSAS de CHINCHÓN.Para ver las imágenes, pincha en la Galería.

CARTELES DE TURISMO EN EL MUNDO

CARTELES DE TURISMO EN EL MUNDO
Un recorrido por distintos países y ciudades, visitando sus carteles de turismo. Para verlos, pinchar en la imagen.

ALELUYAS CHINCHONETAS

ALELUYAS CHINCHONETAS
ALELUYAS CHINCHONETAS. Para poder ver todas las aleluyas chinchonetas, pinchar en el dibujo.

Archivo del blog

Etiquetas